Una cosa es cierta en la música de este año: el trap está en todas partes. El movimiento hip hop que comenzó en Atlanta ha creado microgéneros en todo el mundo. Hoy en día, las ramas del trap van desde interpretaciones específicas del idioma como: trap en español, alemán o árabe, hasta movimientos rítmicos experimentales como funk trap, trap y bass, o incluso trap to float. Si alguna vez hubo un género que representó cómo la música trasciende e influye en las culturas, es el trap. Ahora hay otra nueva versión que se hace sentir, inspirada en la vida en el norte de México y en la frontera con Estados Unidos: la trampa taurina.
Si bien la idea de un trap exitoso mezclado con corrido parece poco probable, para los pioneros del género, como el dúo de rap La Plebada y Grupo Codiciado, quienes recientemente se unieron a la estrella del trap en ciernes Gera MX, hasta el solo rapero alemán, la combinación de los dos estaba destinada a suceder.
¿De qué se trata este género?
En la misma línea y técnicamente hablando, el trap es un subgénero del hip-hop surgido en Estados Unidos durante la década de los 90, concretamente en la ciudad de Atlanta, Georgia. Los elementos que estuvieron presentes en sus orígenes fueron el uso de sublows —sintetizadores de sonido oscuro y triste—, el rap, el canto potenciado por el efecto autotune y el uso de cajas de ritmos, lo que se conoce como 808.
Mientras en América Latina, el trap comenzó a ganar popularidad en la década de 2010, especialmente en Centroamérica, gracias a varios artistas, como el puertorriqueño Bad Bunny.
Regla Millennial
…¿Calidad? Todavía no lo sabemos, todavía no nos atrevemos a emitir juicios… Todavía no… Pero sólo hay una realidad, la Trampa juega; juega mucho y agrada; realmente me gusta… o al menos a los millennials les encanta.
Según Wikipedia nuevamente, estaríamos hablando de esa generación nacida en los 80. Sin embargo, la falta de consenso para definir las fechas que inician esta promoción, y la diferencia visible entre nosotros que nacimos en los 80 , algunos servidores aquí, y quién lo hizo en los 90 o incluso en los 2000, nos lleva a preguntarnos si estamos en condiciones de llamarnos millennials.