La música clásica es ampliamente conocida por sus múltiples beneficios. Se ha comprobado que estimular nuestros oídos con este tipo de ritmos y patrones musicales trae sensaciones placenteras y colabora con el tratamiento de enfermedades.
Algunos beneficios atribuidos a la música clásica son ciertos, otros son mitos. En este artículo le diremos cómo beneficiarse de la exposición a la música clásica.
«De lo que estamos seguros», continúa Iversen, «es de que la formación musical activa puede aumentar ciertas habilidades lingüísticas». Así lo confirma Ada Francoy, escritora galardonada con el Premio Gloria Fuertes y profesora de Teatro en el Trinity College de Londres, para quien “esta posible relación entre la música y el CI no sólo es interesante, sino la mejora que se nota en muchos otros aspectos, como como las relaciones sociales, la confianza en uno mismo, la capacidad de trabajar en equipo o la autodisciplina, que son fundamentales para el éxito tanto en la vida profesional como en la personal.
En efecto, para Alberto Royo, autor de libros como «Contra la Nueva Educación» o «Sociedad Gaseosa» y profesor de música en secundaria, se han estudiado perfectamente los beneficios de la música para el aprendizaje en general. Por un lado, explica, “es una asignatura cuyas vinculaciones con otras, como como matemáticas, historia o lengua, son más que evidentes. Además es una materia que favorece el desarrollo psicológico y psicomotor y ayuda a ejercitar hábitos imprescindibles para aprender a y disciplina, enfoque, concentración, autonomía, perseverancia o memoria.
El método Suzuki y su contribución al desarrollo musical de los niños
Shinichi Suzuki fue un violinista, educador y filósofo creador del método Suzuki, que ejerció una profunda influencia en la educación de su país y de otros países lugares del mundo.
Suzuki dice que la habilidad musical no es un talento innato, sino una habilidad que cualquier niño puede adquirir al igual que puede aprender a hablar su idioma nativo.
La música te hace más feliz
Estudios científicos demuestran que cuando escuchas la música que te gusta, tu cerebro segrega dopamina, el neurotransmisor responsable de la felicidad. Valore Salimpoor, neurocientífica de la Universidad McGill, inyectó a ocho amantes de la música una sustancia radiactiva que se une a los receptores de dopamina después de escuchar su música favorita. La tomografía computarizada mostró una gran cantidad de dopamina secretada, lo que hizo que los participantes experimentaran emociones como felicidad, entusiasmo y alegría.
Así que ya sabes, la próxima vez que te sientas deprimido, pon unos minutos las canciones que más te gusten y verás como tu estado de ánimo mejora.