¿Recuerdas que cuando ibas a la escuela tenías clases de matemáticas, ciencias, música y educación física? La música, como cualquier otra materia, juega un papel importante en el desarrollo infantil y se ha demostrado que tiene muchos beneficios en diversas áreas. Los bebés aprecian la música de forma natural y comienzan a reaccionar ante ella desde el momento en que están en el útero. A los nueve meses, comenzarás a notar que tu pequeño intenta moverse al ritmo de una canción. A los 11 meses podrá bailar y moverse con ritmo. Ya hemos hablado de la influencia que tiene la música en el desarrollo lingüístico, cognitivo y socioemocional. Ahora hablaremos de su impacto en las capacidades físicas.
Efectos positivos de la música en los niños
Varios estudios demuestran la importancia de la música como ayuda al crecimiento intelectual, ya que genera una gran cantidad de actividad neuronal. Es el estímulo humano que activa múltiples partes del cerebro. La exposición de los bebés a la música, especialmente a la música clásica, y su desarrollo musical a medida que crecen, ya sea cantando, bailando o tocando un instrumento, tiene los siguientes efectos positivos en los bebés:
Cuidando la melodía y letras de las canciones, los niños aprenden a recordar y reproducir lo que han escuchado mientras se divierten cantando. Es una actividad que les encanta y que a la vez refuerza todas estas características.
La educación musical como motor de mejores resultados académicos
Los líderes del proyecto Harmony se pusieron en contacto con investigadores de la Universidad Northwestern después de que la ONG observara que sus estudiantes se desempeñaban mucho mejor en los estudios en comparación con otras escuelas públicas para estudiantes en el área. Desde 2008, más del 90 por ciento de los estudiantes de secundaria que han participado en las lecciones de música gratuitas de Harmony Project han ido a la universidad, a pesar de que las tasas de abandono escolar en las áreas circundantes de Los Ángeles alcanzan el 50 por ciento.
«Ahora sabemos que este éxito se basa, al menos en parte, en los cambios cerebrales únicos que ocurren cuando se hace y aprende música», dijo la Dra. Margaret Martin, fundadora de Harmony Project. «Estudiar música ayuda a crear un cerebro más eficiente, un cerebro que podrá ayudar a una persona a aprender y comunicarse, especialmente a través del sonido, lo que ayudaría a cerrar la brecha entre los estudiantes económicamente ricos y los económicamente desfavorecidos», agregó Kraus. .
Hoy en día podemos encontrar un gran número de estudios que intentan demostrar las múltiples influencias que la música ejerce sobre las personas. Pero me gustaría centrarme en esta ocasión en la ‘etapa infantil’, ya que actualmente la música tiene una gran relevancia en el desarrollo infantil y se está introduciendo en la educación infantil por los beneficios que aporta a los niños.
Los niños están en contacto con la música mucho antes de nacer, todo gracias a que el oído es el primer órgano sensorial que se desarrolla dentro del útero, pudiendo discriminar los sonidos tanto provenientes de la madre (latido del corazón, relajación,…), así como sonidos externos (ruidos, música…), y creando un mundo de sonidos. Es a través de los sentidos y sensaciones que el niño comienza a interactuar y a desarrollar su pensamiento, ya través de la música el niño comienza a descubrir y aprender.
La música es emoción y las emociones son los pilares fundamentales sobre los que forjamos nuestra personalidad. Tanto las emociones como la música se encuentran en la corteza prefrontal, por lo que la música puede desencadenar todo tipo de sentimientos/estados emocionales. Por ello, la música les ayuda a desarrollar sus habilidades intelectuales, sociales y personales mientras se divierten.