Los estímulos que percibimos a través del sistema sensorial activan los mecanismos neuronales de la percepción musical que, a su vez, activan los estímulos emocionales. La música libera dopamina generando una sensación de placer en el cuerpo. También activa otras áreas relacionadas con el movimiento. Y esto se debe a que el sistema motor va de la mano con el sistema auditivo. Ambos están interconectados y se influyen mutuamente.
Además, un aspecto neurológico que utiliza la música es que el cerebro se anticipa a lo que va a pasar. Con esto, el cerebro se activa antes para entregarnos cualquier peligro. En música, esta idea es fundamental; el cerebro busca excepciones y una posible violación que determina la respuesta emocional posterior. Por ello, los ritmos atonales producen en el oyente sensaciones diferentes a los ritmos tonales, generalmente sentimientos de rechazo o incomprensión.
Nuestra mente está predispuesta gracias a la música que escucha:
- Cuando vemos una película sabemos si la escena que comienza es crucial gracias a los sonidos que escuchamos.
- Se utiliza como estrategia de marketing en supermercados o tiendas para motivar inconscientemente las compras.
- Ayuda a crear un ambiente más íntimo para favorecer el encuentro con nuestra pareja.
- Puede afectar la relajación de los niños antes de acostarse.
- Nos convence según su ritmo o sus palabras a un determinado estado de ánimo.
La música es una gran herramienta para expresar nuestros sentimientos y emociones, ya sea tocando un instrumento o cantando en la ducha, sube el volumen de la banda sonora de tu vida y siente el ritmo que te envuelve, aprovecha de su poder psicológico.
¿Cómo se relacionan la psicología y la música?
La música es importante en el campo de la psicología, ya que se puede aplicar para ayudar a los pacientes que sufren trastornos de sus estructuras cerebrales y que están relacionados con las emociones… nos permite compartir sentimientos y emociones. La música puede comunicar información, une a las personas, es social.
La musicoterapia es un claro ejemplo del uso de la música en psicología. El término MUSICOTERAPIA, según la Federación Mundial de Musicoterapia, se refiere al uso de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía, armonía) por parte de un musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo.
Alivia el dolor
Se ha demostrado que la música reduce significativamente la percepción del dolor, especialmente en personas con enfermedades crónicas o que se someten a cirugía. Esto se debe a que la música puede estimular la producción de opioides, analgésicos naturales producidos por nuestro cuerpo. Sin embargo, este efecto solo se aprecia cuando nos gusta mucho la música que escuchamos.
La música provoca en nosotros una «respuesta rítmica», es decir, nos hace movernos a su ritmo. Cuando escuchamos una canción sincronizamos nuestros movimientos, una reacción automática que nos puede ayudar a aumentar la resistencia durante el entrenamiento.
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Estudios neurocientíficos demuestran que la música tiene la capacidad de cambiar el estado de ánimo al activar cada uno de los estructuras del cerebro. Se han realizado experimentos en los que la actividad de prácticamente todas las estructuras emocionales del cerebro ha sido modulada por las emociones estimuladas por la música. La música es capaz de despertar el núcleo de las estructuras cerebrales creativas de nuestro universo emocional.
Escuchar música activa las áreas del cerebro encargadas de la imitación y la empatía. Son las zonas donde se encuentran las neuronas espejo que actúan reflejando las acciones e intenciones de los demás como si fueran propias. De esta manera podemos sentir el dolor de los demás, su alegría, su tristeza,… Quizá por eso la música es capaz de alterar nuestras emociones y crear lazos sociales; porque nos permite compartir sentimientos.