Seguro que tienes a alguien en mente. Esa persona que simplemente no puede seguir el ritmo de la música, que cree que baila muy bien y bien, la realidad es… que no.
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¿Por qué no aprendo a bailar?
No saber bailar a veces puede convertirse en una situación incómoda, sobre todo en las reuniones sociales, en la familia o en los momentos con la pareja.
¡No sufras más penas por no saber bailar! decía un anuncio de una academia de baile en la ciudad de Medellín.
Bailar es difícil aunque no lo parezca
Bailar es uno de los actos más difíciles que una persona puede hacer. Primero necesitas trabajar la música, entender el ritmo, luego tener un buen sentido de la coordinación y ejecutar los movimientos.
Todo esto en segundos. Por eso, pregúntate de qué grupo quieres formar parte, de los que tienen movimientos coordinados y son la sensación, o del que les pisotea a todos y se va antes de la fiesta.
Prestar atención a la postura
Según el estilo de baile habrá que ser más o menos severo con la postura, pero en general una buena postura con la espalda recta asegura estabilidad y tener una buen estilo Con una postura adecuada, su presencia en el escenario o en la pista de baile será mucho mejor.
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Investigadores compararon a dos personas que tenían este tipo de “sordera” » con 32 participantes de edad y educación similares. Se les pidió a los oyentes que pincharan algo cuando no escucharon nada. Los investigadores encontraron que todos lo hicieron bien.
«Descubrimos que estas personas sordas al ritmo podían percibir distintas golpean un ritmo suave en ausencia de sonido, similar a los miembros de la banda «, dice Palmer. «Fue solo cuando tenían que moverse con el ritmo que vimos un déficit en comparación con el grupo de control. Las personas que no eran sordas pudieron adaptarse a los cambios con algunos ritmos, pero fue interesante ver que aquellos que eran sordos no podían sincronizarse con el nuevo ritmo. que cometen estas personas indican deficiencias en los ritmos biológicos, incluidas las frecuencias naturales a las que oscilan los impulsos internos y cuánto tardan en responder al nuevo ritmo», concluyó Palmer.