¿Dónde se creó la música mexicana?

Mircea Mazilu

Es probable que ya existieran instrumentos musicales en Mesoamérica desde el Paleolítico Superior (40.000-10.000 aC), ya que se han encontrado flautas de hueso que datan de este período. Se trata de silbatos de hueso con perforación que utilizaban los cazadores-recolectores para imitar los sonidos de los animales durante la caza. Del mismo modo, se cree que los raspadores de huesos, los caparazones de las tortugas y las cuerdas de las caracolas se usaban para hacer sonidos en actividades rituales. Sin embargo, estas son solo hipótesis que carecen de verificación.

La música mexicana hoy

En las últimas tres décadas, la música en México ha tenido importantes evoluciones tanto en lo que respecta a la música clásica como a la de vanguardia, así como una presencia significativa en el escenario mundial de la música popular y rock. En los últimos años, el rescate, defensa, difusión y enseñanza de la música regional ha resurgido con mucha fuerza de la mano de mexicanos preocupados por mantener viva nuestra cultura y tradiciones.

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Continuidad y ruptura: 1960-2000

Durante la segunda mitad del siglo XX, la música de concierto en América Latina experimentó tendencias de continuidad y ruptura que dieron lugar a una diversidad de lenguajes musicales, estilos y estéticas en la práctica compositiva. Además de la pluralidad y el florecimiento de diferentes corrientes, también hay una paulatina tendencia hacia el cosmopolitismo en las grandes ciudades, más abiertas a las influencias de los movimientos musicales internacionales. En el proceso de asimilación de la «música nueva» de Europa y Estados Unidos, los compositores latinoamericanos más progresistas pasaron por cuatro etapas en la adopción de modelos externos: selección cualitativa, imitación, recreación y transformación (apropiación), según los entornos sociales e individuales. necesidades o preferencias. Algunos compositores se dieron cuenta de que podían contribuir desde sus países latinoamericanos a las tendencias musicales cosmopolitas.

A partir de 1960 han aparecido en la mayoría de los países americanos nuevas corrientes musicales de carácter experimental. Los compositores que se sumaron a las tendencias emergentes pronto se dieron cuenta de que no sería fácil conseguir apoyo oficial para publicar, interpretar y grabar su música, lo que llevó a algunos creadores latinoamericanos a instalarse en Europa, Estados Unidos y Canadá. Pero esta situación comenzó a cambiar en la década de 1970 en Argentina, Brasil, Chile, México y Venezuela, cuando los compositores de «música nueva» encontraron el apoyo de organizaciones internacionales, formaron asociaciones nacionales y crearon talleres de música electrónica. escuelas de música y universidades, y su música comenzó a difundirse a través de festivales, reuniones y estaciones de radio. Con estas estrategias se ha aliviado el aislamiento de los compositores de vanguardia, quienes en el futuro pudieron interactuar y disfrutar de mejores condiciones para crear y difundir la llamada música contemporánea.

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