Según Nohelia Murillo, las danzas típicas de Querétaro son expresiones artísticas autóctonas que exaltan la religiosidad de su gente y el marcado sincretismo cultural producido por la interacción de las culturas que han intervenido en su historia.
La historia de las danzas tradicionales mexicanas se remonta a la época prehispánica, como parte de los rituales que realizaban los indígenas para emular el trabajo y adorar a sus dioses.
Danza de la pluma
4- Danza de los diablos
Danza de los diablos
La danza de los diablos nació en la época colonial, cuando se utilizaba mano de obra esclava negra. Esta danza era un ritual dedicado al dios negro Ruja, en el que los bailarines le pedían que los ayudara a liberarse de las duras condiciones laborales.
Fiesta Cerro del Fortín
La celebración comienza con la interpretación matutina de chirimecos de los valles centrales al son de tradicionales flautas, tambores y chirimías en el auditorio de la Guelaguetza, así como así como las comunidades de las siete regiones del estado de Oaxaca (Cañada, Mixteca, Valles, Sierra, Tuxtepec, Costa e Itsmo de Tehuantepec), llegan vestidos con trajes típicos para compartir con el público sus bailes mestizos y degustaciones gastronómicas.
De sábado a domingo hay un concurso para elegir quién representa a la diosa del maíz o Centéotl. El joven vencedor encabeza el desfile. Es uno de los momentos más representativos de la fiesta, pues allí los participantes conviven con el público en un ambiente de alegría, música, color y fantasía. Año tras año, esta fiesta genera gran expectativa, ya que desde el inicio del primer “Lunes en el cerro” en el Auditorio de la Guelaguetza, se corona al ganador y poco después comienza la Guelaguetza propiamente dicha; luego, cientos de danzarines bailan en su honor, ante la presencia de unos 17.000 participantes que llenan los escenarios del Cerro del Fortín.
«Ahora con este saludo termino grito…»
Finalmente, estará la participación de Costa, quien destaca por su pisada fuerte y dominio del pañuelo o bandana para el ritmo unas alegres chilenas. Durante estos minutos, los costeños hacen gala de su personalidad atrevida y coqueta, que se manifiesta en su forma de bailar, en sus juegos de cortejo o en los simpáticos versos picarescos que comparten con el público.
La región de La Cañada merece una mención especial, ya que no es una presencia obligatoria en la Guelaguetza; Sin embargo, un número indispensable de esta región es el presentado por la delegación de Huautla de Jiménez, cuyos huipiles con listones rosas y azules son reconocidos por la estrecha relación que tienen sus bordados y colores con la flora y fauna de esta región.