Desde un punto de vista académico, todos sabemos que leer un libro en papel o en pantallas no es lo mismo que escuchar un audiolibro, pero no dejan de ser diferentes caminos que nos llevan a un mismo destino.
Cada formato crea y genera unas experiencias lectoras, recuerdos y emociones complementarias. En este contexto, denigrar la lectura en pantallas o la escucha de audiolibros es contraproducente para el mundo del libro dado que estos formatos pueden ayudar al sector a recuperar lectores o hasta crear nuevas audiencias. Lo importante es leer, independientemente del formato (libro en papel, ebooks y audiolibros).
Según los doctores Art Markman y Bob Duke, de la Universidad de Texas, los resultados de leer y oír, aun siendo distintos, no son ninguno mejor o peor que el otro. Lo único es que el cerebro procesa la información de forma diferente.
Audiolibros
¿Te imaginas dejar de posponer tus lecturas porque tienes otras actividades como cocinar, manejar o hacer ejercicio? Pues las personas que disfrutan leer pero no tienen tiempo suficiente pueden optar por un audiolibro.
Si bien con los audiolibros no puedes recorrer por ti mismo las palabras, la voz de quien narra le da un toque distinto y no es impedimento para crear en nuestra mente los escenarios en que se desarrolla la historia.
¿Cuáles son las verdaderas diferencias entre leer y escuchar un audiolibro?
Diversos estudios de corte neurocientífico señalan importantes son las diferencias entre leer y escuchar un libro. La doctora Kristen Willeumier, como punto de partida, afirma que la lectura requiere un procesamiento cognitivo de alto nivel que integre la información escrita y la comprensión del lenguaje.
Leer, y luego procesar lo que estás leyendo, activa diferentes partes del cerebro. La práctica de lectura constante fortalece la capacidad para comunicarse y mejorar el vocabulario, el razonamiento, la concentración y las habilidades de pensamiento crítico. Al mismo tiempo, mejora la conectividad de la red cerebral.
En ambos casos, el cerebro está trabajando para conectar las piezas del rompecabezas, dar sentido a la trama e intentar predecir lo que sucederá a continuación.
Mientras que leer un libro conlleva toda tu concentración, puedes comparar la escucha de audiolibros con otras tareas. Ya sea en el transporte, en el gimnasio o mientras sales a pasear, lo único que necesitas es darle al play.
Al estar escuchando la narración de un libro, nuestro cerebro nos sumerge de lleno en la historia, envolviéndonos por completo. De esta manera dejamos volar nuestra imaginación y tenemos la capacidad de trasladarnos al mundo en el que transcurre la historia.
Asimilación de información: Aprender VS Lectura Ociosa
Aunque pueda parecer que la prosodia hace más fácil la comprensión cuando se escucha que cuando se lee, esto no siempre es así. Por ejemplo, cuando se trata de aprender, la lectura nos ayuda a asimilar la información mejor que la escucha.
En este estudio se comparó la asimilación de un tema científico en ambos formatos por un grupo de estudiantes. Una parte del grupo abarcó el tema mediante el formato escrito, frente al formato de podcast del resto de estudiantes.