¿Cómo marcar el ritmo de una canción?

Hay muchas razones para correr con música, la principal es que nos da ese «extra» de energía que necesitamos cuando corremos y ya estamos agotados. Otra es que nos distrae cuando la sesión que tenemos que hacer es un poco aburrida de hacer. Sin embargo, hay una razón para correr con música que puede ser muy útil para aquellos que tienen problemas para mantener el ritmo de carrera durante un período prolongado de tiempo.

Como mencioné en artículos anteriores, uno de los elementos que influye en la forma en que la música nos afecta es el ritmo de la canción, que suele cuantificarse en BPM (Beats per minute o pulsaciones por minuto, en inglés). Esta métrica, que actúa como metrónomo, puede ayudarnos a seguir corriendo marcando nuestros pasos. Si alguien ha participado en una lección de Spinning, recordará que el ritmo de pedaleo en esas sesiones se basa en esto, en los compases de la canción que estamos escuchando.

Barras de subdivisión binaria

Además de separar barras, las líneas de barra se pueden usar para:

  • Cambios de compás: usando un doble tiempo (ejemplo 1)
  • Secciones separadas: usando una barra doble (ejemplo 2)
  • Marcar el final de un trabajo: usando una barra doble con una última línea más gruesa (ejemplo 3)

Acento

El acento es la mayor fuerza con la que se toca uno de los tiempos. Es muy importante articular una frase musical. Tanto en las firmas de tiempo binarias como ternarias, el acento natural está en el primer tiempo; de lo contrario, nos enfrentamos a un ritmo anacrónico. Conviene acostumbrarse a reconocer los acentos y marcarlos para dar el carácter adecuado a cada pieza. Como decíamos antes, según el acento, los compases serán binarios, ternarios o cuaternarios. Numerosos tipos de música han encontrado su alcance y lugar en el tratamiento y modificación de su acentuación, como es el caso del jazz, estilo en el que es habitual cambiar y modificar sus acentuaciones y que le confieren su esencia característica.

Es la porción de una pieza musical en la que conviven pulsos y acentos y la forma de dividir el tempo en partes iguales. Esta división está representada por las líneas divisorias. Los sonidos y silencios entre dos líneas de demarcación forman la brújula.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *