¿ Cómo elegir los mejores altavoces (parlantes o monitores) para tu Home Studio?
En este artículo te mostraremos una guía, paso a paso de como elegir los mejores altavoces (monitores de estudio) para tu HOME STUDIO, y puedas producir desde tu propia casa de forma profesional.
En todas las fases del proceso de producción de una canción, ya sea cuando escribes la pista, grabas o mezclas tu propia música, es fundamental escuchar nítidamente el audio.
Para escuchar ese sonido nítido y claro, hay que recurrir a los llamados monitores de estudio o altavoces de monitorización, que identifican una categoría particular de altavoces que explicaré en detalle en este artículo.
Además conocerás las diferencias entre altavoces «normales» y monitores de estudio y también las diferencias entre altavoces activos y pasivos
Por otra parte entenderás ¿qué son los crossovers?, los woofers, conocerás los monitores de campo cercano y cuáles son sus principales características técnicas y, en definitiva, podrás entender de forma clara qué altavoces elegir para tu Home Studio.
¿Cómo elegir los mejores Monitores de Estudio?
Comencemos por un dato clave: los altavoces de monitorización son una de las herramientas principales de su estudio doméstico (Home Studio).
En algunas ocasiones puede que te veas obligado a no utilizarlos (vecinos y paredes demasiado delgadas), pero a menos que tengas una de estas circunstancias, te recomiendo encarecidamente que no te quedes sólo con los auriculares.
Los monitores de estudio se diferencian de los altavoces de audio tradicionales principalmente por una razón: no están hechos para un sonido nítido y excelente, sino para «sonar bien» o aceptable.
Me explico mejor;
Los altavoces de los sistemas de alta fidelidad suelen priorizar el flujo sonoro que reproducen. Esto se debe a que, por naturaleza, el oído humano tiende a preferir ciertas frecuencias en detrimento de otras.
Un altavoz de alta fidelidad que enfatiza las frecuencias agradables y reduce las percibidas como desagradables será juzgado por el oyente medio como agradable de escuchar.
Esto no tiene nada de malo, muchos fabricantes buscan este resultado y es bueno que así sea.
El problema surge en el momento de crear las pistas de audio.
Si durante la fase de mezcla o masterización se utiliza como referencia un altavoz que prioriza unas frecuencias y atenúa otras, cuando el usuario final escuche esa pista en su sistema de audio, oirá la suma de los sonidos de los dos sistemas, el suyo y el de quien finalizó la pista.
En la práctica, esto significa que escuchará un timbre diferente al que está acostumbrado a oír, y aunque quizás inconscientemente, tendrá la impresión de que la pista suena mal.
Los monitores de estudio son altavoces que tienden a no tener preferencia sobre las frecuencias, es decir reproducen de forma fiel todas las frecuencias del espectro sonoro a diferencia de los altavoces comunes que prioriza unas frecuencias y atenúa otras.
Si pintas con unas gafas con cristales azules, ¿cómo esperas reproducir el verdadero tono de la piel del rostro que estás retratando?
Seguramente elegirás un tono de color equivocado, y quien vea tu cuadro (sin lentes de cristal azul) se dará cuenta en un momento de que hay algo que no funciona.
Los altavoces de monitorización, para los que trabajan con audio, son como las lentes transparentes para un pintor, no estropean la percepción de lo que se observa/escucha.
Ahora que entiendes por qué es tan importante el uso de altavoces de monitorización en el estudio, vamos a intentar entender qué altavoces son los ideales para tu estudio en casa.
Empecemos por definir algunas características técnicas.
Una de las primeras macro-diferencias que se pueden hacer es la que se refiere al sistema de amplificación. En este sentido, los altavoces de monitorización se dividen en dos familias: altavoces activos y pasivos.
Los altavoces activos incluyen aquellos altavoces en cuyo interior hay uno o varios amplificadores, necesarios para llevar a un nivel adecuado la señal procedente, por ejemplo, de las salidas de la tarjeta de sonido.
Los altavoces pasivos, en cambio, no disponen de sistemas de amplificación internos, por lo que deben conectarse a amplificadores externos.
Por comodidad y oferta de mercado, en el estudio doméstico se prefieren casi siempre los altavoces de monitorización activos. Vamos a centrarnos en este tipo.
Los altavoces de monitorización no sólo deben ser activos, sino que también deben pertenecer a una segunda categoría, la de campo cercano.
Los altavoces de monitorización de campo cercano activos son los altavoces amplificados que se utilizan en los estudios para escuchar de cerca (normalmente entre 1 m y 1,5 m de distancia de los oídos).
Este tipo de altavoces se prefieren por varias razones, entre ellas:
Son relativamente baratos en comparación con otras familias (monitores de medio campo y de campo lejano o principales).
-Requieren menos tratamiento acústico que las otras dos familias mencionadas (a menudo, pero no siempre).
-Permiten utilizarlos potencialmente durante muchas horas seguidas sin dañar el oído.
-Son fáciles de colocar en el estudio.
Tienen además otras dos características:
-Su caja -es decir, lo que se ve externamente- tiene una abertura delantera o trasera, que sirve para compensar y complementar la respuesta del propio altavoz.
-Son altavoces de dos vías (o biamplificados). Expresión que suele utilizarse para indicar los altavoces en cuyo interior hay dos amplificadores separados.
Especialmente esta última característica es muy importante para que el monitor sea de calidad.
Los altavoces de varias vías tienen un sistema en su interior, llamado crossover y que consiste en un conjunto de filtros, que separa en diferentes partes el flujo de sonido procedente de la tarjeta de sonido o del mezclador.
Los monitores de dos vías tienen un sistema de crossover que separa la señal en dos partes: las frecuencias bajas en un lado y las altas en el otro.
Las bajas frecuencias se dirigen entonces hacia el amplificador dedicado precisamente a las bajas frecuencias, conectado a la membrana cuyo movimiento genera la onda acústica compuesta por las bajas frecuencias. Las altas frecuencias se dirigen en cambio hacia el amplificador dedicado a las altas frecuencias, que está a su vez conectado a la membrana de la caja cuyo movimiento genera la onda acústica compuesta por las altas frecuencias.
La membrana dedicada a las bajas frecuencias se llama woofer, la dedicada a las altas frecuencias se llama tweeter.
La situación es un poco diferente si el crossover es activo o pasivo.
Si el crossover es activo, se tiene la configuración que acabamos de describir; si es pasivo, el amplificador es único, y el crossover separa la señal ya amplificada.
En cualquier caso, todos los altavoces de monitorización de campo cercano que tienen dos drivers (dos sistemas de difusión), no emiten todas las frecuencias de cada membrana. Cada uno reproduce una gama específica.
Existen woofers y tweeter de diferentes formas, tamaños y materiales. Tratar en detalle cada uno de estos aspectos requeriría un libro entero, así que trataré de resumir dando las nociones más significativas útiles para nuestro propósito.
Las características del woofer determinan, entre otras cosas, la frecuencia más baja que el monitor es capaz de reproducir. Siguiendo la misma lógica, es según las cualidades del tweeter que depende cuál es la frecuencia más alta reproducible por el altavoz.
Un buen altavoz de monitorización tiene la capacidad de conectarse a la fuente de señal a través de una conexión balanceada, ya sea TRS (un conector vulgarmente llamado jack estéreo) o XLR (el clásico conector de «micrófono» de cañón).
Evite comprar monitores de estudio que digan serlo y sólo tengan entradas RCA. Puede estar bien si también tienen esta conexión, pero definitivamente no está bien si sólo tienen ésta.
Muchos modelos tienen también una serie de controles destinados a corregir la acústica del altavoz, funcionales para que suene mejor según el entorno en el que se coloque.
La situación más común es la de tener un estante en el extremo inferior y otro en el extremo superior. En los modelos básicos, estos ecualizadores tienen una ganancia y una frecuencia de corte fijas, que sólo se pueden activar o no. En los modelos más avanzados, las posibilidades de personalización aumentan.
Más allá de todos los factores técnicos, para juzgar objetivamente un par de altavoces de monitorización hay que escucharlos en primera persona. Sin embargo, si no tienes la oportunidad de hacerlo, te dejo más indicaciones sobre los puntos a evaluar para hacer una elección informada:
- Calidad de las características técnicas. debes elegir modelos que tengan una respuesta en frecuencia amplia y lineal, que tengan valores de THD bajos y que tengan amplificadores separados para cada driver (es decir, woofer y tweeter completamente independientes).
- El tamaño de la sala en la que trabajarás. Si trabajas en una sala de 3x3m, no tiene sentido elegir un modelo con un cono de 8″. Creará más problemas que otra cosa. En general, los estudios domésticos deberían preferir modelos con woofers de entre 5″ y 7″ de diámetro.
- Tamaño y peso. El tamaño del altavoz y el peso son criterios que no hay que subestimar. ¿Va a colocar su par de altavoces de monitorización encima de su escritorio o en soportes independientes? En cualquier caso, asegúrese de antemano de que el soporte es lo suficientemente espacioso y puede soportar el peso de los altavoces.
- Compre dos monitores. No hace falta decir que necesitas dos altavoces de monitorización, uno izquierdo y otro derecho. Sin embargo, no es tan obvio que sepas que, en la gran mayoría de los casos, los altavoces de monitorización se venden por separado. Trivialmente, hay que conseguir dos iguales. Cuando elija monitores de gama alta (especialmente de 3 vías y/o medio campo), observará que muchos fabricantes producen dos variantes del mismo modelo: una izquierda y otra derecha (a menudo denominadas simplemente A y B). Tenga cuidado de no comprar dos altavoces izquierdos o dos derechos. En estos casos, la posición de los transductores en su interior debe ser reflejada, no igual, y por eso existen las dos variantes.